Conquistar las escuelas como sitios de esperanza

Imagen publicada en Cuadernos de Pedagogía
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Conquistar las escuelas como sitios de esperanza

En el presente artículo se esbozan algunos análisis sobre el papel que desempeñan los profesionales, bajo las directrices de la normalidad, respecto a los lenguajes y discursos de los colectivos más subordinados. Además, se apuntan algunas líneas para hacer de las escuelas espacios de esperanza en los que se acompañen las diferencias, se devuelvan los lenguajes y se generen alianzas resistentes que doten de sentido educativo y social a la institución.

Persiste en la sociedad en general y en las escuelas en particular una tendencia a pensar las cuestiones sociales y culturales en términos biológicos, que ha sido asumida por el funcionalismo y que está en la base de las relaciones sociales en la sociedad capitalista (y neoliberal). Así se ha justificado históricamente la subordinación de determinadas personas y colectivos en la sociedad: mujeres, personas de color, inmigrantes, integrantes de grupos étnicos minoritarios, personas en situación de pobreza… Esta directriz toma especial vigor cuando se acerca a lo que se ha venido a llamar “discapacidad”: en este caso, apenas dudamos de la pertinencia de los destinos sociales, laborales y educativos de las personas incluidas en ese cajón de sastre, porque entendemos que son sus maltrechos cuerpos (en lo físico, en lo psíquico, en lo sensorial) los que impiden sus progresos más allá de “lo razonable”. Tanto es así que algunos de los teóricos más eminentes de los estudios sobre discapacidad, como Goodley y Runswick-Cole (2010), en una revista académica de primer orden, continúan viéndose forzados a hacer aseveraciones tan básicas como que la exclusión social no es un proceso natural, sino socialmente construido. Por poner algún ejemplo en nuestro contexto próximo, en el 2011 destacados académicos de nuestro pais tuvieron que volver a cuestionar públicamente el sentido y la utilidad de la Educacion Especial porque refuerza el “statu quo de las perspectivas dominantes” (Echeita, Parrilla y Carbonell, 2011). Sigue leyendo

 

[CALDERÓN ALMENDROS, I. (2015). Conquistar las escuelas como sitios de esperanza. Cuadernos de Pedagogía, 461, 50-54.]

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