…Son, sin lugar a dudas, las experiencias de personas que, como mi hermano Rafael, desafían y cruzan vitalmente las verdaderas fronteras, destiladas de las construcciones científicas, de las representaciones sociales, de las creencias y del estigma, las que más potencial contrahegemónico tienen. Sus experiencias de vida invitan a la esperanza. A esa esperanza subversiva que lucha desesperadamente por una pedagogía de la diferencia.
[Calderón Almendros, I. (2014). Educación y esperanza en las fronteras de la discapacidad. Madrid, Ediciones Cinca, p. 139]