–Es lo deseable, pero no hay suficientes recursos para hacer que la educación sea inclusiva.
Este es un argumento recurrente que utilizamos quienes nos dedicamos a la educación. Pero no imagino la misma justificación para dejar de combatir la violencia contra las mujeres o el racismo. Y dejémoslo claro: la segregación en centros y aulas de educación especial es una forma de violencia contra la infancia. Es una violencia sutil y engañosa, revestida de actitudes bondadosas, pero cargada de daños en el desarrollo de los niños y las niñas. Y es una violencia diseñada por las administraciones públicas que ejercemos los docentes.